LAS PYMES EN INCERTIDUMBRE
Con solo decir que las PYME, son el 98.8% de
las empresas en Chile, y que 53 trabajadores de un total de 100 trabajan para
ellas, es argumento suficiente para cuantificar el aporte para el país.
Es decir, 4.801.377 de personas trabajan para
una PYME, y si extraemos del total de PYMES, 800.000 emprendedores que, optaron
por crear sus empresas para vivir de forma independiente, en total son
5.501.377 personas que dependen de su empresa o de una PYME.
Los PYMES, deben velar por el bienestar de sus
trabajadores, cumpliendo con el sueldo prometido, pagando las cotizaciones y
seguros previsionales, brindándoles un espacio seguro de trabajo, y a su vez,
sustentar sus propios gastos de vida, pagar sus impuestos y cumplir con todas
las exigencias que la formalidad les obliga.
El empresario PYME se olvida de becas y apoyos
sociales. debe salvarse solo día a día, porque el Estado acompaña a los
sectores vulnerables. No obstante, y sin
importar el régimen de turno, a través de instituciones como Corfo, Sercotec e
INDAP, mantienen programas de capacitación e inyectan recursos a las empresas a
través de proyectos, para apoyar su crecimiento o a lo menos su mantención. Y para
sectores sociales vulnerables, existe Prodemu y FOSIS, apoyando a futuras
emprendedoras.
Por otro lado, el mundo se encuentra aún en
pandemia. Por ende, los países deben
fortalecer al empresario PYMES, que es responsable de él mismo y sus
trabajadores, para que el Estado siga centrando sus recursos en los sectores
vulnerables.
Dicho todo lo anterior, al analizar las
propuestas del señor Gabriel Boric, nos encontramos con un discurso que genera
incertidumbre a las PYMES, y en pandemia genera alarma. Esto porque en el ámbito laboral, encontramos
temas planteados anteriormente por el Partido Comunista como la reducción de la
jornada. Los milagros económicos de
Alemania y Japón después de la segunda guerra mundial, donde sus países y
economías quedaron destruidas implicaron trabajo duro, tanto de empresarios
como trabajadores en forma colaborativa.
No creo que ambos países hubiesen propuesto una reducción de una jornada
en esos momentos.
Por otro lado, se entiende el incremento del
sueldo mínimo, para disminuir las brechas salariales y paulatinamente terminar
con la precarización del trabajo. Pero esto debe ser forma ordenada, sin
asfixiar a la PYMES. Porque la propuesta
igualmente considera cambiar la normativa de gratificación legal, que restarían
utilidades a las PYMES, cuando llevan 2 años de pérdida. En Magallanes lo palpamos claramente en el
sector turismo, hotelería y gastronomía.
Debe existir un periodo de años de recuperación para pensar en estos
cambios.
Si a esto sumamos la creación y fortalecimiento de negociación colectiva multinivel, que en definitiva es negociación inter-empresas, y que compara las micro con las grandes, solo se puede preveer el volver a los años 70, donde las PYMES solo eran 33.950 y no 1.279.698 empresas como hoy.