TRAZABILIDAD DEL DINERO
Hay un dicho antiguo que dice: “Dime
con quien andas y te diré quién eres”. Esto relacionado a la vinculación
con amigos y nuestro comportamiento moral.
Desde el punto de vista financiero
y tributario. Comportarse legalmente
es, no involucrarse en estafas, robos, desfalcos o fraudes
corporativos. Tributar por los impuestos
que corresponden a tus actividades e ingresos.
Pero acorde a las malas
noticias, que se repiten en el tiempo con diferente escenario y protagonistas,
aunque a algunos no les guste leerlas, adecuemos el dicho a: “Dime
cuanto tienes o gastas y te diré cuánto ganas”.
Con las herramientas
informáticas de hoy, ya no debería ser un problema controlar cuánto ganan las
personas. Se pueden conocer los ingresos, gastos e inversiones de cada
chileno y su grupo familiar ya que siempre queda una huella; aunque algunas
de ellas quedan bajo la sombra del secreto bancario. Pero sin ser un “James Bond” y sin violar
la ley bancaria, las evidencias saltan a la vista.
Describamos como anécdotas
algunas situaciones. Si lo invita un colega del sector municipal rural de
sueldo medio a su casa, y cuando entra parece de millonario de novela turca,
y no tiene otros ingresos, no deja de ser sospechoso. En este caso, esta persona fue sancionado
por desfalco. Cuando vemos a una persona
con automóviles de alta gama, y cotiza por el mínimo y no es emprendedor
formal. Cuando nos encontramos con
un Director de una empresa del Estado, a quien se confía la toma de
decisiones en beneficio de todos los chilenos, y aparece con millonarias
inversiones que, aunque sea muy bueno en lo que hace, tendría que haber
nacido como Faraón en Egipto hace más de 3.200 años para justificarlas.
También nos encontramos con un exfuncionario que recibió $50.000.000 de
coima de una empresa de luminarias. Exfuncionarios
uniformados que ostentaron automóviles, motos, vacaciones con tour en
helicóptero en el Cañón del Colorado, uso de limosinas, etc. Evidencias de un mega fraude que partió
con $8.000 millones y termino en más de $35.000 millones. Y así podríamos seguir días y días recordando
delitos económicos.
Cuando no existe control ni
castigo, el abuso es descarado. El
mejor ejemplo son las pandillas de Centro América conocida como Las
Maras, de las cuales se destacan dos: “Mara Salvatrucha” y “Barrio 18”, llegando
a tal punto la impunidad que se tatúan el nombre de su pandilla en la cara.
Acá en Chile, quienes roban
recursos del Estado o lo perjudican por coimas o intereses propios no usan
tatuaje en la cara, y seguramente cuando llegan al momento de delinquir,
sopesan la vulnerabilidad de la legislación chilena, sumado al lento o escaso
control existente. No creo, con absoluta
convicción, que esta debilidad se deba a intereses creados por parte de quienes
deben hacerse cargo de legislar o de controlar.
Porque creo que un país tan pequeño y luchador como Chile, tiene la
dignidad y fuerza suficiente para no caer en la corrupción. ¿Qué cree Ud.?
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