LA PROMESA DE LA VIDA ETERNA
Esta columna va empapada de
misticismo para algunos y fe para otros.
Hoy se conmemora que, hace 2022 años, nace en una pesebrera Jesús de
Nazaret el Hijo de Dios.
Nació en Belén a pesar de
vivir en Nazaret, porque el Emperador Augusto hizo mover a las personas a
su lugar de origen para hacer un Censo y José, su padre terrenal, era de esa
ciudad. Hace siglos ya habian
problemas con los Censos.
Luego, el Rey Herodes el
Grande envío a matar a todos los menores de dos años en Belén, porque se enteró
que nació el Rey de los judíos. Los
historiadores reconocen en este Herodes un estadista visionario y
constructor. Se podría concluir que, a
veces, los grandes estadistas van acompañados de una inhumanidad escalofriante.
José y María se autoexiliaron
para proteger a su sagrado hijo, transformándose en inmigrantes en el poderoso
Egipto. Hoy la migración es por hambre, persecución o miedo a la inseguridad
generalizada. Esto no ha cambiado y depende de los locos en el poder.
Cuando vuelven, se instalan en
Nazaret, donde José ejerce su oficio como carpintero, oficio traspasado a Jesús. Seguramente debieron pagar impuestos por sus
ganancias o una cuota fija. Los
tributos siempre presentes, pero con recaudadores más agresivos.
Jesús crece y llega el momento
de asumir como Mesías, y recluta sus 12 seguidores. Como Pedro, muchos son pescadores, otros,
agitadores políticos como Simón el zelote, Mateo un despreciable recaudador de
impuestos. Y por sus características identificamos a el traidor Judas
Iscariote, y el incrédulo Tomás. En paralelo fue acompañado de cerca por
su madre María; y por María Magdalena, quien ejerció la prostitución, pero por
el arrepentimiento encontró la salvación. Hoy los oficios, tendencias y
raciocinios siguen siendo los mismos.
La vida terrenal de Jesús
termina a sus 33 años, pero para los creyentes es la victoria de la vida
por sobre la muerte, ya que resucita al tercer día, cumpliéndose la profecía escrita
en el Antiguo Testamento al pie de la letra. Pero los fariseos (sacerdotes judíos)
que eran los guardianes de las leyes no lo vieron pasar, cegados por su
soberbia, autocomplacencia y comodidad de su cargo. Desde siempre las iglesias, no son las jerarquías
eclesiásticas, sino el pueblo que profesa la Fe.
Su muerte fue sentenciada
democráticamente, por una cantidad pequeña del pueblo reunida ante el
Gobernador Pilatos, donde optaron por el asesino Barrabas, en vez del Mesías
que hacía milagros. Punto en contra para la democracia y a favor de la
manipulación.
A siglos de su venida el mundo
sigue igual, con más tecnología, pero con la misma mecánica de crueldad,
egoísmo, soberbia, intransigencia y discriminación. ¿Qué nos queda? Luchar
como ha sido siempre, protegiendo tu familia, lidiando con leyes absurdas, ser
tolerante y prudente, y hacer el bien a los que te rodean. Creer que la vida
continua más allá de muerte, un lugar donde no se trabaja y las pensiones son
dignas. ¡Feliz Navidad para todos(as)¡
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